sábado, 31 de julio de 2010

Cuando el niño nació en cuanto pudo mantenerse en pie fue bautizado en el noble arte del combate. Le enseñaron a no retirarse jamás, a no rendirse jamás, a dar todo en el campo de batalla.



Hacemos aquello para lo que nos han adiestrado, para lo que nos han criado, para lo que hemos nacido.